viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Qué problemas conlleva que nuestro hijo se chupe el dedo?

Al cabo de poco tiempo de despedirnos del chupete, nuestro hijo recibe con los brazos abiertos el nuevo hábito de chuparse el dedo. Debemos actuar con cuidado porque sabemos que dicho hábito puede provocar deformidades en la boca y en los dientes.

La succión del pulgar es una costumbre que suele durar tiempo. Se considera que la mitad de los niños que tienen dicha práctica de chuparse el dedo lo hacen hasta los cinco años y que incluso puede durar hasta los doce.

Algunas de las causas por las que nuestro hijo puede adoptar esta conducta son: un comportamiento regresivo, una conducta que le proporciona seguridad, aburrimiento, una forma de expresar la ansiedad...

Las consecuencias que provocan este hábito son
deformaciones en las encías, dientes y paladar. La dentadura del niño se ve afectada e incluso la musculatura facial y bucal. La succión continuada del movimiento del dedo produce a su vez el desplazamiento de los incisivos hacia delante, afectando al cierre bucal.


Por todas estas razones es necesario la colaboración de los padres y los hijos para evitar esta mala costumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario